El DS4 nació como un prototipo llamado DS High Rider, que fuera presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2010. En el Salón de París de ese mismo año se presentó como DS4 y como el segundo integrante de la familia Different Spirit de Citroën. Su diseño es la principal carta de presentación, y además le valió el premio a “el auto más bello del año” en 2011.
Por fuera
El segundo DS que llega por estas tierras -después del DS3- mide 4,275 m de largo, 1,810 m de ancho y 1,526 m de alto. La distancia entre ejes tiene 2,612 m. Según la marca, no se lo puede ubicar dentro de un solo segmento. Si nos basamos por la plataforma utilizada, es la del nuevo C4 -que por ahora se vende sólo en Europa-, por lo que sería un hatchback compacto.
Sin embargo, tiene la suspensión elevada tres centímetros y su perfil cuenta con un estilo de coupé, pero con cuatro puertas. O sea, un cocktail de estilos.
Estéticamente hay bastante para detenerse a ver. Ya sea desde el frontal, que destaca por la altura del capot y una parrilla cromada con el doble chevrón, así como las luces LED diurnas, que coronan los faros antiniebla delanteros con función cornering, es decir, que se encienden del lado externo de las curvas cuando doblamos para ver cosas que quedan en penumbra al girar. Los faros principales cuentan con Bi-Xenón, lavafaros y además son del tipo direccionales.
Laterlamente transmite una sensación de robustez y altura, gracias a unos hombros marcados sobre los pasarruedas. En el pilar B está el logo de DS, que se replica también en el capot. Otra cosa que resalta en el lateral son las generosas llantas de 18 pulgadas, con neumáticos Michelin Pilot Sport 3 en medida 225/45 R18.
La superficie vidriada está enmarcada por un listón cromado y lo que más llama la atención es que el tirador de la puerta trasera está oculto en el parante C.
Y en ese particular detalle encontré la definición de “diseño mata funcionalidad” por antonomasia. La forma de las puertas no permiten que las ventanilla traseras se abran, ni siquiera en forma de ventilete, ya que son fijas.
Para agregar más, las puertas llevan consigo al abrirlas el tirador, que puede llegar a ser peligroso por su terminación en punta y dejarle una huella en el pecho al primer desprevenido.
La retaguardia del DS4 es uno de los puntos más atractivos a mi criterio, más allá de que el conjunto en general me parece bonito de por sí. La pequeña luneta puede que sea uno de los puntos más conflictivos a la hora del uso, pero si lo vemos sólo desde el diseño, le queda más que bien. No tiene un remate gordito, sino robusto, y eso me gusta.
Las ópticas traseras van en lo alto del portón, cuentan con LEDs y se integran al mismo desde los pasarruedas ensanchados, un detalle de diseño genial. En la parte baja del paragolpes remata la línea un aplique cromado con un falso difusor.
Por dentro
Abrir la puerta del DS4 es una experiencia que puede ser o no conocida. Quienes conozcan el nuevo C4 francés, lo vivirán como un déjà vu, pero algo más chic.
La posición de manejo es alta y cómoda, pero sin llegar a ser como las de los pseudo-off road Mercosur, ya que deja bajar bastante la butaca. Hay regulación lumbar eléctrica, pero el resto de los movimientos son mecánicos. Los asientos dan buen soporte lateral y tienen una dureza justa.
En el habitáculo predomina un fuerte olor a cuero natural, que proviene de los tapizados en combinación negro-blanco. Puede que esos sectores claros sean algo más fáciles de ensuciar, pero le quedan de maravilla. Niños, por favor abstenerse del Auto-Mac.
Otra cosa que me gustó del interior fue el parabrisas panorámico tipo gran angular, similar al Zénith que usa el nuevo C3. Pero este es más chico, logrando así para los días calurosos un habitáculo un poco menos parecido a un invernadero. No molesta en lo más mínimo y, además, permite apreciar muy bien el paisaje.
En el tablero se puede visualizar la velocidad en formato digital o analógico, una solución que encontré útil. El tacómetro es 100% digital y se ilumina en rojo cuando se alcanza el corte de la inyección. El medidor de combustible también es una pantalla LCD y es algo imprecisa en su lectura. Un detalle que no me convenció del interior fue la falta del navegador satelital integrado MyWay, algo que el DS3 Gama 2012 ya ofrece en la Argentina. En su lugar estaba la clásica pantalla de los modelos de PSA Peugeot/Citroën.
La calidad en general está cerca de la vista en modelos de verdaderas marcas premium, ya que los cueros son muy finos, las alfombras con ribetes blancos tanto los plásticos como los metales texturizados le dan un ambiente de lujo, solo visto, por ejemplo en el C5, por citar un modelo de la famila Citroën.
Si lo comparamos con el DS3, este DS4 está un par de escalones arriba en calidad.
Las plazas traseras son algo extrañas. Su acceso es complicado, producto de la mencionada puerta de diseño en punta y reducidas dimensiones. Sin embargo, una vez en el interior, el espacio es bueno para dos adultos altos. Un tercero irá apretado a lo largo, culpa del falso túnel de transmisión. La otra contra es la ya mencionada imposibilidad de abrir las ventanillas traseras, que harán que el climatizador bi-zona tenga que hacer horas extra en el verano.
El baúl tiene unos generosos 385 litros de capacidad, ampliables hasta los 1.021 litros. Roba algo deespacio el subwoofer del audio hi-fi Denon, que suena genial. Por debajo de una tapa alfombrada está el auxilio, que es del tipo temporal, en medida 215/60 R16.
Seguridad
El DS4 cuenta de serie con seis airbags, frenos ABS, sistemas ASR, AFU, REF y ESP, asistente para arranque en pendientes, cinturones de tres puntos en todos los asientos, anclajes ISOFIX en las plazas traseras, faros Bi-Xenon con lavafaros y direccionales, monitoreo de presión de neumáticos, y en el caso de la versión para el mercado argentino, suma un implemento poco visto en modelos de marcas generalistas, el sistema de detección ángulo muerto.
Este dispositivo funciona gracias a cuatro sensores instalados en las esquinas de la carrocería, que alertan de la presencia de un auto hasta 3,5 metros en sentido lateral, y hasta 5 metros del paragolpes trasero. La presencia de un vehículo se señala por el encendido de un diodo naranja en el espejo retrovisor.
Como si esto no fuera suficiente, el DS4 obtuvo cinco estrellas en la prueba de EuroNCAP, con una protección del 90% para ocupantes adultos y 80% para niños.
Los frenos son de discos ventilados adelante y sólidos atrás. Detienen al auto en línea recta y el pedal permitía dosificar bien la fuerza de frenado, pese a tener un tacto algo esponjoso. Cuenta con ABS con REF (Repartidor electrónica de frenada), AFU (Ayuda al frenado de Urgencia) y ESP de serie.
Motor y transmisión
Mecánicamente el DS4 se vale del archiprobado impulsor de 1.598 cc de cilindrada, cuatro cilindros en linea con Turbo-Twin-Scroll de alta presión (THP) e inyección directa, nacido de la colaboración entre PSA y BMW. Logra 163 cv a 6.000 rpm y tiene un par máximo de 240 Nm disponibles entre las 1.400 y las 4.000 rpm.
Esta mecánica permite al DS4 acelerar de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y conseguir una velocidad máxima de 212 km/h. El consumo promedio es de 7,7 l/100 km, en ciudad hace 10,6 l/100 km, mientras que en ruta consigue que esa cifra baje a unos 6,0 litros cada 100 km. El depósito de combustible aloja 60 litros.
Ya he dicho hasta el aburrimiento que este motor es el mil seis más recomendable del mercado, pero vuelvo a remarcarlo. Es un impulsor muy elástico, que entre las 2.300 y las 6.000 rpm ofrece su mejor rendimiento, con un empuje constante.
Es una mecánica silenciosa y bien insonorizada a bajas vueltas, pero luego de vencer el kick-down del acelerador y la barrera de las 3.500 vueltas, el 1.6 se cuela en el habitáculo con un sonido gordo, muy agradable para el que busque una experiencia más deportiva. Al acelerarlo a fondo con pie de plomo, se deja escuchar, mientras que a velocidades constantes casi que ni se nota.
Tiene una respuesta progresiva como decía, y el turbo no tiene ningún tipo de demora, especialmente cuando uno lo llama con el pedal derecho. Pese a la altura extra, este motor permite de todas formas mover ágilmente los 1.284 kg en orden de marcha del DS4.
Lamentablemente el DS4 llega al mercado argentino solo con una transmisión automática de seis velocidades, con mando secuencial. El puchero no lo hago porque la caja sea mala, sino porque no se ofrezca una versión con caja manual. Tampoco es una caja rápida, como las de doble embrague, por ejemplo, pero sabe defenderse bien con los 163 burros bajo el capot.
Responde satisfactoriamente en el modo D y pasando el selector al modo M (manual), el pasaje de cambios no manifiesta tirones, así como tampoco le resta respuesta al impulsor. Sería más cómodo si existieran dos levas por detrás del volante. Pero, reitero, el DS4 no es un deportivo.
Comportamiento
Su tren de rodaje se compone por un eje McPherson con barra estabilizadora adelante, en tanto que el eje trasero se vale de un esquema de brazos longitudinales unidos, muelles helicoidales y amortiguadores hidráulicos telescópicos.
Me es imposible no compararlo con el DS3 que manejé hace casi dos años. Este DS4 tiene un andar tirando a duro, pero más blando que el más pequeño de la familia premium del doble chevrón. Es ideal cuando el piso acompaña, como en la carretera de montaña en Córdoba, haciendo así que el manejo sea un placer. Sin embargo, en la zona más citadina de Valle Hermoso abundan los vadenes, que no se llevan tan bien con los neumáticos perfil 45 y una suspensión tirando más bien a lo firme.
De todas formas es un auto muy confortable y disfrutable de llevar en caminos trabados. Solo se inclina un poco en curvas exigidas, producto de su altura algo más generosa, que para caminos algo deteriorados, es bienvenida.
Transmite en todo momento una sensación de seguridad y pisada sólida, pero sin llegar a ser tampoco un deportivo. El reglaje firme de la suspensión y el ESP se encargan de mitigar esas inclinaciones menores.
La dirección es muy precisa, y se la nota “pesada” pese a tener asistencia eléctrica, transmitiendo así mucho aplomo al doblar fuerte. El control de estabilidad es bastante intrusivo, no permitiendo desconectarse completamente. En algunas frenadas bruscas sobre el ripio de montaña, el auto tendía sacudir la cola, pero la “niñera electrónica” no la dejaba salir a jugar, lo cual habla de un cuidado especial en este aspecto.
Conclusión
El DS4 es otro digno exponente de la gama Citroën. Es decir, un auto que emana diseño y tecnología por donde se lo mire, pero que lamentablemente para algunos está demasiado adelantado a su época.
Ya pasó con modelos como el DS original, los CX o XM, todos clásicos instantáneos, producto de ser rarezas de diseño y tecnología. El DS4 con su precio de 203 mil pesos roza el listón de auto caro, costando casi lo mismo que el modelo insignia de la marca, el C5.
En materia de calidad se puede decir que es el primer Citroën que le apunta mejor los misiles a los acorazados alemanes, como ser el Audi A3 o el BMW Serie 1. Sin embargo su naturaleza generalista aún sigue asomando en detalles como el compartir interiores con el nuevo C4, un mediano de masas.
Tiene todo para pelearle de par en par a los BMW, Audi o incluso Alfa Giulietta, pero con un diseño más jugado y apelando a aquellos clientes que busquen algo diferente a todo.
Claramente es un “auto capricho”. Eso sí, los caprichos o los futuros clásicos en la mayoría de los casos son caros, y ese es el costo que hay que pagar para despegarse del resto.
La extravagancia, el diseño atrevido y el charme francés tienen su precio. Citroën lo sabe bien.
Sólo queda ver si el público se alinea con esa máxima.