El Volkswagen Studie XL1 es un prototipo híbrido enchufable. Adelanta cómo será un futuro modelo de producción que llegará en 2013. Tiene carrocería cupé, dos plazas y dos puertas que se abren hacia arriba, de forma similar a las del Lamborghini Murciélago .
Lleva un motor Diesel bicilíndrico TDI de 48 CV — de 0,8 litros de cilindrada derivado del 1.6 TDI de 105 CV que llevan el Golf, el Jetta o el Passat, entre otros modelos de Volkswagen— y un motor eléctrico de 20 kW (27 CV) que se alimenta de la energía almacenada en una batería de iones de litio. Tiene tracción trasera y una caja de cambios automática de doble embrague «DSG» de siete velocidades.
Tiene un consumo de 0,9 l/100 km en condiciones de homologación. Es una cifra muy baja, en gran medida debido a que parte del proceso de homologación se realiza con el motor Diesel apagado. Es inferior a la del Volvo V60 Plug-in Hybrid (1,9 l/100 km), aunque éste tiene un tamaño mucho mayor.
El Studie XL1 puede recorrer hasta 35 km en modo totalmente eléctrico. La batería de iones de litio se puede recargar enchufándola a la red eléctrica o en marcha, aprovechando la energía cinética. Para ello, el motor eléctrico funciona como un generador. La autonomía total es de 550 km —tiene un depósito de carburante de 10 litros—.
Acelera de 0 a 100 km/h en 11,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 160 km/h. Cuando se necesita la máxima aceleración, el motor eléctrico ayuda al Diesel. En ese momento dan un par máximo conjunto de 140 Nm. Volkswagen asegura que el Studie XL1 sólo necesita 8,4 CV de potencia para mantener una velocidad constante de 100 km/h, menos de la mitad que un Golf 1.6 TDI de 105 CV (17,9 CV).
Mide 3,88 metros de longitud, 1,66 metros de anchura y 1,15 metros de altura. Es más pequeño que un Polo (3,97 metros) y más bajo que un Lamborghini Gallardo Spyder (1,18 metros).
El chasis es monocasco y, como varias de las piezas que forman la carrocería, está fabricado de plástico reforzado con fibra de carbono. El Studie XL1 tiene un Cx de 0,186 (muy bajo). Las ruedas traseras van carenadas para mejorar la aerodinámica. Pesa 795 kg en seco —sin líquidos ni conductor—. Se reparten entre el sistema de propulsión (227 kg), el chasis (153 kg), el equipamiento (80 kg) —incluidos los dos asientos—, los componentes electrónicos (105 kg) y la carrocería (230 kg).
Los faros y los pilotos son de diodos luminosos. Las llantas de aleación son de diferente tamaño en cada eje: 15 pulgadas en el delantero y 16 en el trasero. Van montadas en unos neumáticos Michelin de baja resistencia ala rodadura de medidas 115/80 R15 en el eje delantero y 145/55 R16 en el posterior.
Es el tercer prototipo que Volkswagen desarrolla en base a la estrategia «1L», después del que presentó en 2002 (más información) y el de 2009 (más información).